Así es, como si en plenos años sesenta estuviésemos, ha pasado un domingo más. Y digo lo de tiempos pasados porque como en las peliculas de aquella época el día ha oscilado entre la comida familiar y el fútbol. Comida familiar que prestó asgaya aquí en este refugio que hoy hemos tenido aquí contra el frío, compartiendo mantel, menú, charla y sobre todo buenos momentos para guardarlos. Espero que la visitante esté de acuerdo conmigo y haya disfrutado de su estancia en esta mi quinta; pero sobre todo espero que sirva de ejemplo y ánimo al resto de gentes bienvenidas que se resisten a venir. De momento, parece que esta semana igual se multiplica el número de familiares por aquí.
Y, por la tarde, ya tras la generosa sobremesa, el típico divertimento hispano de las vísperas dominicales: el fúrgol. Y es que una vez más, bufanda en mano, me encaminé hacia el Tartiere para ver el enfrentamiento casi de champions entre los carbayones y la Cultural Deportiva Cazurra. Allí nos juntamos un amigo, una amiga, un guajín de cinco años que veía hoy su primer partido en el campo y parece haber disfrutado, y un servidor. De lo que es el partido mejor ni hablemos, pero en todo caso se echaba en falta a mis dos compañeros tradicionales de palco. Me imagino que desde enero podremos repetir esas tardes de frío en las gradas del Tartiere padrino, ahijado y un servidor acoplado.
De que repetiremos esas tardes de fútbol no hay duda ninguna, lo que genera más dudas es si por fin veremos a los rivales que nos merecemos o si tendremos que conformarnos con que sea el Urraca el contrario de turno. En fin.
ResponderEliminarYo que nunca veo el tradicional deporte dominical, hoy vi los últimos cinco minutos, y ....!que "desausión"!
ResponderEliminarMi domingo familiar ha sido mu grato sólo me faltó llavar los pasteles de Rialto pero eperire sin duda,El besín del día
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