Nos esse quasi nanos, gigantium humeris insidentes, ut possimus plura eis et remotiora videre, non utique proprii visus acumine, aut eminentia corporis, sed quia in altum subvenimur et extollimur magnitudine gigantea.
(Bernardus Carnotensis)

domingo, 6 de febrero de 2011

HABEAS CORPUS

Un día, si cabe, más aburrido que los normalmente reseñados. Ayer no funcionó una vez más el dichoso script pero al parecer sí la censura bloguera. Lo que pasa es que tampoco puedo tirar mucho de los recuerdos de ayer, porque quitando el consabido partido de los viernes -pedazo encuentro en que salió de todo y el equipo de los segundones le dimos un baño (19-6) al de los primeros- y una brevísima visita a la aldea por una confusión con los horarios de tren de Lugo de Llanera tras el encuentro, no hubo mucho que contar en el ritmo que llevo entre papeles y pergaminos, unos con compulsa y otros sin ella. Con la empanada que llevo encima igual acabo por ir al registro general del Principado a solicitar las becas con un privilegio rodado de Alfonso X.
Y hoy, aún menos movido, sin salir de casa  -pese al día precioso que daba ganas de coger el coche y marchar a ver el Aramo como en la foto- haciendo una limpieza general, lavadora y plancha. Labores propias de mi sexo y condición, pero que igual se agradecen con la posibilidad de visita que se cierne sobre nuestro techo para el fin de semana que viene. Crucemos los dedos y que el Estado Mayor lo permita...
Lo único, aficionándome al cine casual de la televisión, hoy al cenar he pescado una vieja gloria blanquinegresca que también me trae grandes recuerdos: Testigo de cargo, con esa difícilmente atractiva alemana que esta vez no canta el Lili Marlen.

jueves, 3 de febrero de 2011

GALIAM EST OMNIS DIVISA IN PARTES TRES

Parece ser, como dice la neomadrina, que la gente anda un pelín holgazana con los comentarios; pero lamentablemente yo voy a hacer lo mismo con las entradas. Es lo que tiene que lo más apasionante del día haya sido que un francés de Lyón con pinta de Bécquer con unos kilos de más sea el mayor experto en el Toledo medieval. Mi vida es así de interesante, qué le vamos a hacer. Lo demás no ha sido sino una nueva visita a mi amiga la máquina de microfilm, pues ya vamos terminando con el archivo en rollo (¿o será rollo de archivo?).
Por lo demás, puede que sea un día triste para las cuatro ruedas, porque hay que llorar la definitiva muerte del mellizo de Pepín. Menos mal que habrá un transplante y siempre mantendramos vivo su espíritu.

miércoles, 2 de febrero de 2011

DIES MARMOTAE

No quiero decir en absoluto que ya puedo fenecer tranquilo, pero la verdad es que hoy se ha cumplido uno de mis más absurdos deseos. Me he levantado como en las películas. Me explico, mi despertador me levanta (no me despierta, eso viene unos minutos -u horas- después) con el sonido de la radio a todo meter, y hoy se han debido alinear los planetas porque me he levantado cuando Mar Amate le decía a Javi Nieves y a toda la audiencia "Buenos Días, son las nueve de la mañana". Y, además, nos daba la importante y vital importancia de que hoy era el día de la marmota, una de las tradiciones más primitivas a las que la primera potencia mundial -hogar de todo tipo de satélites y sondas meteorológicas, de Windows y Apple- sigue empleando para saber si tienen que ir cambiando ya la ropa de los armarios.
Por lo demás, un día curioso porque he celebrado un cumpleaños que no es mío y yo solo, pero es lo que tiene el estar a quinientos kilómetros del hogar. Para celebrarlo, me he regalado dos nuevas asignaturas que he estrenado ya, aunque una de ellas es bastante plúmbea y lo da una profesora que no dudo de su candidez pero que resulta un trasunto de Madame Mim de Noreña.
En fin, marcho a la cama esperando que mañana no aparezca otra vez hoy por la mañana hasta que consiga que alguna incauta se enamore de mí, aunque tampoco me gustaría que fuera la McDowell. Un saludo a todos, y de nuevo muy especiales al cumpleañero, que tengo entendido que lo ha celebrado como los niños con pizzas, y no sé yo si habrá caído también algún sandwich de Nocilla y fanta de naranja en vasos del pato Donald...

martes, 1 de febrero de 2011

STERNUMENTUM

Cuentan las lenguas antiguas que en el año 400 el griego Jenofonte estaba con sus compañeros soldados mezclado en el monumental lío de los persas que más tarde escribiría en su Anábasis, y que en un momento dado se le ocurrió animar a sus colegas dándoles una chapa de una hora al más puro estilo Gladiator. Tras semejantes ganas de hablar, cuando por fin se calló, uno de los soldados estornudó, y creyéndolo un prodigioso mensaje de los dioses (las fuentes no aclaran del todo si lo prodigioso fue el estornudo o que Jenofonte al fin callase), nombraron al orador su general y se aprestaron a la batalla.
Si eso fuese real, durante toda la mañana los dioses me habrían estado hablando a gritos por boca de mi vecina; porque no sé si se ha pillado una gripe de las gordas con lo que ha llovido estos días o es que tiene alergia al mes de febrero, pero me ha amenizado la jornada con un largo concierto de estornudo escandaloso en Si bemol. La verdad es que aunque se empeñe mi vecina italiana del piso de abajo, esta casa es muy silencioso y apenas se oye nada nunca, así que imagínense los decibelios de los estornudos. Y, además, como no conozco aún ser humano capaz de estornudar sólo una vez sin repetir, más de una vez ha llegado a encadenar cinco.
En fin, probe. Esperemos que se recupere y deje tan mal vicio. Por si acaso, "Jesús", "Salud" o un más internacional "Gesundheit".

OPUS ARCHIVI

Día de hoy más entre papeles que nunca, primero entre documentos notariales del archivo, luego los burocráticos de los trámites, y luego una tarde en el apasionante mundo del notariado andaluz con una profesora visitante sevillana que no terminaba de adaptarse a las temperaturas que hoy hemos tenido por la Corte. Es que eso de que la máxima de aquí sea la mínima de allí lo ha llevado muy mal la del pescaíto frito... y eso que hoy no ha llovido.
Como veis, el día no podía ser más aburrido para alguien que no esté tan tronado como un servidor y disfrute viendo papelajos y pergaminos. Pero así es la vida. Lo malo es que hoy sor Esther nos ha dicho que se va a cerrar el archivo previsiblemente durante cinco meses porque están reparando el tejado del monasterio, y eso que llevaban abierto tan sólo dos semanas. Así que, si no quiero que peligre mi tesis, habrá que desempolvar a nuestro viejo amigo el microfilm y dejarse aumentar un par de dioptrías más la miopía ante la pantalla de esa máquina infernal con la que me llevo de maravilla. 
Mañana más, pero no sé yo si menos interesante aún que hoy...