Nos esse quasi nanos, gigantium humeris insidentes, ut possimus plura eis et remotiora videre, non utique proprii visus acumine, aut eminentia corporis, sed quia in altum subvenimur et extollimur magnitudine gigantea.
(Bernardus Carnotensis)

lunes, 18 de octubre de 2010

CAELUM NON ANIMUM MUTANT QUI TRANS MARE CURRUNT

Ciertamente espero que la máxima de Horacio sea cierta, pues hoy no han parado de venirme a la mente quienes miran este blog cada día desde el otro lado del océano con una fidelidad envidiable. Y es que hoy en clase se ha armado una discusión gorda, como no podía ser de otra manera, porque no sé como se ha pasado de explicar el sistema urbanístico a debatir si la vida es mejor en la Vieja Europa o en el Nuevo Mudo (y con "Nuevo Mundo" me refiero sólo a los States, claro). No sé muy bien como ha sido, pero al final erámos dos contra todos diciendo que no hay mejores o peores en este juego, sino diferencias (para lo que me han venido muy bien las lecciones del CdR en el blog amigo). Eso sí, es debido confesar que ninguno de los dos cambiábamos nuestra vida aquí por una granja en Tenesse, eh.
En todo caso, lo dicho, me he acordado mucho hoy de los primos de las Américas. Y, por ende, de la diáspora de la primada. Pero, junto a la melancolía (también uno tiene derecho a su día sensible, narices), la seguridad de que quien lo hizo, lo hizo muy bien. Y pues eso, a aplicarse todos el cuento, que cambian de cielo, no de espíritu, quienes marchan al otro lado del mar.

3 comentarios:

  1. Lo primero, agradezco la traducción de la máxima. También agradecería la de muchas mínimas. El latin no es precisamente mi fuerte (lo aprobé copiando, como ya sabeis).
    Respecto a lo de las Américas, , tengo que decir que son dos, los States y la Española. En la segunda, comparativamente más grande y heterogénea, me he sentido como en casa, a pesar de las costumbres diferentes. En la primera no. Otro día a lo mejor podemos hablar de ello.

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. Bajo un cielo distinto, yo en cambio me encuentro mucho más a gusto en esta América de lo que me encontré las veces que estuve en la hispanohablante, si bien es cierto que fueron pocas y poco tiempo, sin que eso signifique que no conozca y reconozca sus muchos defectos. Hoy odio especialmente su maldita manía de secar la ropa a más de 1000ºC, con lo que logramos unas bonitas camisetas que no llegan al ombligo y que se te enfríen los riñones. De las costumbres importantes y sus diferencias podemos hablar otro día.

    PD: También agradezco la traducción, ya ha quedado demostrado mi desconocimiento absoluto del latín, salvo una bonita historia que me contaron una vez en la facultad, sobre la histeria y su etimología, de eso también podemos hablar otro día.

    ResponderEliminar