Nos esse quasi nanos, gigantium humeris insidentes, ut possimus plura eis et remotiora videre, non utique proprii visus acumine, aut eminentia corporis, sed quia in altum subvenimur et extollimur magnitudine gigantea.
(Bernardus Carnotensis)

sábado, 11 de diciembre de 2010

GAUDEAMUS IGITUR

"¡No nos felicitéis, amigos! ¡Compadecednos y dejad que os envidiemos! Los dichosos sois vosotros que todavía continuaréis aquí libres de cuidados, sin preocupaciones, ¡felices!, ¡jóvenes! Nosotros acabamos de desposarnos con la inquietud. Los trabajos suceden ya al descuidado "no importa" de estos años azules, cuya muerte celebramos, estúpidos, en vez de llorarla. Ahora se disuelve la comunidad de nuestros corazones. [...]¡Adiós, amigos! ¡Vamos al mundo! Acaso no nos volvamos a ver más y el apretón de manos, el abrazo cordial con que ahora nos despedimos sea el postrero. ¡Adiós, años felices, años rosados, años buenos!... ¡Años únicos! ¡Ya somos hombres! ¡Qué desgracia! Como los discípulos de Cristo, vamos a repartirnos por el haz de la Tierra, aunque no para predicar la buena nueva. Los unos, seremos cónsules; notarios los otros; esos, periodistas; aquellos se aplicarán al cuidado de su bufete; investiránse éstos con la dignidad del juez; para algunos guardará la cátedra sus glorias o su comodidad; tal se desposará con la política. ¡Qué asco! Será diputado, senador, acaso llegue a ministro. ¡Dios no lo quiera! Quizá será el más sabio el que acierte a pedir paz a la quietud de su aldea...
Yo ruego a la diosa voluble y arbitraria que preside los destinos de los hombres, que vuelque sobre todos nosotros los dones de su favor... Pero, por mucho que quiera protegernos, nunca nos dará tanto como hemos tenido; como perdemos ahora. Podrá colocarnos en las que la imbecilidad o cortedad de vista de las gentes llama cumbres; pero nunca volverá a ponernos tan alto como hemos estado, porque nunca más, ¡ay, amigos!, seremos estudiantes..."
No son palabras mías, se las he cogido prestadas al licenciado Barcala para tan señalada ocasión. Hoy, en Madrid, para visitar a mi antigua -pero no olvidada- alma mater y estar pasando el rato con mis compañeros recuperando seculares tradiciones como la mente colmena, la verborrea comunal, los bostezos o el Torontontero; y aprovechando para quedar nuevos recuerdos a añadir a la cremita, el arco de luces o tantos otros. Pero sobre todo para que ya oficialmente se nos considere "señores licenciados".
En estos momentos echas la vista atrás y ves que cinco años han pasado volando y que al final todo para un trozo de tela. Pero un trozo de tela que simboliza mucho y de lo que en realidad sólo es mérito mío un par de puntadas. El trapo tiene en su mayor parte responsabilidad de unos padres que me apoyaron desde un primer momento, hasta hoy y esperemos que por mucho antes desde que me decanté por hacer una carrera de éstas sin futuro y que no sirve para nada. Junto a ellos, por supuesto, unos hermanos que se han hecho presentes de un modo u otro, pero que siempre han estado allí. Y sin duda aquellos que hoy no han podido estar en el patio de butacas pero seguro que han tenido platea de vistas privilegiadas y a los que debo buena parte de la tela azul purísima y de lo que pase después. Por desgracia no podré poner la primera foto de letras puras en la mesa de la sala junto al de amarillo, la de azul oscuro, el de marrón y la de morado; pero seguro que ellos ya tienen una copia de la instantánea. Ahí, entre esos primos y tíos, también tienen un pedacín de tela.
Más allá, sin duda alguna mucha culpa de ese trapo tienen esos amigos que han estado conmigo estos cinco años, tanto los que nos conocimos en ellas y compartimos grandísimos momentos (y los que quedan); como los que ya arrastraba de antes, de un colegio donde también encontré buenos pilares que tienen alguna que otra puntada de la gamuza ésta.
Sois vosotros los que esta tarde me empujábais al estrado a que el señor decano me colocase sobre el pecho la banda, y vuestra es ella y el gaudeamus. Muchas gracias por todo.

6 comentarios:

  1. El de amarillo te envía su más sincera y cariñosa enhorabuena. Y en momentos como éste, que parecen poner punto y final de una etapa y al tiempo son el principio de otra, no está mal recordar que lo mejor está por venir.

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  2. Casi se me salta la lagrimita (de verdad. Ahora, como bien dijo el señor decano, debemos comernos el mundo, salir adelante apoyandonos en los que más nos quieren, en los que han estado a nuestro lado hasta ahora y lo seguirán estando en el futuro. Un autentico honor haberme graduado junto a gente como tú, Medievalista, gente como Argantonia y Complemento Directo, como el Romaño, como la Egipcia y como cierto pez azul de Pixar que se ha convertido en parte de mi mismo. Seguiremos juntos Medievalista, cada uno siguiendo su camino pero unidos y dispuestos a comernos el mundo. Salud!

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  3. Otra de "trapo" azul "purisima" de años atrás, (no demasiados) quiere decir algo :tan sólo es una etapa ,que has cubierto con exito y que es solo otro comienzo ,y en la que,TAMBIEN muchos, algunos desde "algo más lejos" seguiremos empujandoteEl besín especial del día

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  4. Este medievalista está tirando a vago. No sé si le afectó su estancia en la Villa y Corte o si es ya lo normal. Pero normal, normal, llevar ¡cinco días! sin dar un palo al blog, ya son días. Luego os quejareis de que nadie escriba al escribano que no escribe.
    Besos y recuerdos.

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  5. Yo iba por la vida de verde y negro, hasta que me pusieron una capilla y unos pelos morados, pero agradezco que te hayas acordado de quien te has acordado, y en los términos en que lo has hecho. Se notan las "letras".

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  6. Una semana de silencio!!!, todo un record!!!.

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