Nos esse quasi nanos, gigantium humeris insidentes, ut possimus plura eis et remotiora videre, non utique proprii visus acumine, aut eminentia corporis, sed quia in altum subvenimur et extollimur magnitudine gigantea.
(Bernardus Carnotensis)

domingo, 30 de enero de 2011

STELLA MARIS

Día extraño en que he llegado a plantearme la posibilidad de que hubiese alcanzado el don de la ubicuidad. Y es que he repartido la jornada entre el muy ilustre concejo de Proaza, la madrileña calle de San Bernardo y la Escuela Naval Militar de Marín. 
La mañana la he pasado como un domingo más, aprovechando para hacer habitable mi covachuela haciendo las labores propias de mi sexo y condición. Pero lo más importante es que en una más que agradable compañía aunque con un día un tanto pasado por agua, hemos podido disfrutar si no de un agradable paseo por la vega del Trubia  (el tiempo no acompañaba como en la foto) sí de una fastuosa comilona en un restaurante que se une a la cada día más larga lista de magníficos restoranes que me son descubiertos por mis primos más gourmets
Una vez en casa, tocaba un poco de labor informática que permitiese el acercamiento virtual de la calle San Bernardo a unas currupias alumnas, que pese a principiarse ya, ha tenido que esperar un poco porque he pescado en la tele cuando iba a comprobar el resultado de un cada vez más apático Oviedo, una de las películas que más me gusta ver y rever. Y, ¿por qué no decirlo?, incluso se me ha humedecido un poco el párpado al final una vez más: Botón de ancla, botón de ancla. Todos unidos, unidos todos, nos salvaremos de todos modos. Tiro la bota, tiro la chancla. Botón de ancla, botón de ancla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario